sábado, 7 de mayo de 2022

LOS HIJOS DEL CAPITÁN GRANT

 


Los hijos del capitán Grant
JULIO VERNE

    La manera en que Julio Verne ha hecho de su obra un mito es difícil de describir. Los elementos que lo hacen atractivo están ahí: la aventura, el detalle, la construcción de la trama, la creatividad y la imaginación desbordante. Es una de esas lecturas que, como un entremés, abre boca. Una vez leídos esos volúmenes, tan interesantes pero, a veces, tan complejos, que voy recomendando, el esfuerzo mental pide oxígeno. Y Julio Verne lo ofrece.
    Esta aventura, donde se entremezclan los viajes marítimos, los decursos por las sierras más agrestes o la lucha contra aborígenes, es típico de su forma de contar historias. Hay en él mucho de novela "científica", por la cantidad de aportaciones técnicas que ofrece, pero también de antropología, en el conocimiento de formas, culturas, espacios humanos, etc. Además, los personajes de Verne están en constante movimiento. Es esto lo que caracteriza su teatralidad: los desplazamientos que permiten, en un mundo que se antoja pequeño en su pluma, los diferentes conflictos, las situaciones desbordantes, la sorpresa o la tensión.
    Hay también personajes que ofrecen el contraste con los héroes: la difamación, el engaño, la traición, etc. Elementos que siempre han dado el pie, el fondo, para la construcción de los grandes valores, de la enseñanza. El bueno contra el malo, el triunfo de la voluntad, el esfuerzo, la nobleza sobre la miseria de las bajezas del hombre, la indignidad o cualquier modo de laxitud de las conciencias.
    La búsqueda es esencial en estos personajes: lo buscado es el símbolo de un vacío, de una historia detenida bruscamente. Los hijos, en este caso, que buscan al padre desesperadamente y el único nexo que los enlaza con él: unos documentos extraños, misteriosos, que no acaban de ofrecer respuestas. A partir de ahí, el itinerario, casi de road story, se va tejiendo.
     Julio Verne es mundialmente conocido por ser un visionario, porque muchas de sus predicciones futuristas hoy son vistas como elementos de nuestra vida cotidiana. Esto es increíble, en muchos aspectos, e, incluso, inexplicable. Pero su alto índice de aciertos no es lo único que lo hizo un gran novelista. En algunos de sus ejemplares, como en este, las historias no cuentan sino con la realidad más tozuda. Las dificultades y las maravillas que obstaculizan los viajes son los mismos que, universalmente, la naturaleza ofrece. Asimismo, las gentes y los paisajes son los que siguen siendo. No hay más novedad que el ritmo que los hace interactuar, que dibuja un mundo que nunca para, donde todo gira con el planeta.
    El mundo de Verne es un mundo fresco, vivo y, yo diría, desaparecido hoy. Porque el misterio de la vida, que parece que cada vez lo es menos a nuestros ojos, no se esconde detrás de la tecnología de su tiempo (como lo hace hoy) sino que permanece frente a los individuos, enfrascados en una supervivencia tensa, dura, que les fuerza a dar lo mejor de sí mismos y a trabajar sus inteligencias. Para moverse en las historias de Julio Verne hace falta discurrir por la razón, por el ingenio, ser perspicaces, rápidos y observadores, cualidades que hoy escasean.
    Por todo esto, y mucho más, la literatura de Verne es universal y universalmente entretenida.
Un abrazo. 


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