lunes, 24 de enero de 2022

MANHATTAN TRANSFER

 



Manhattan Transfer
John Dos Passos


    En la biblioteca de todo buen lector no puede faltar este ejemplar. Sin duda, porque es uno de los grandes artífices de la nueva novela y porque de él, ya muy olvidado por el gran público hoy en día, nacen buena parte de los aciertos de plumas brillantísimas que, sin duda, se han acercado a este singular juego de espejos que es Manhattan transfer. Se mire por donde se mire, resulta apasionante. Me recuerda, en muchas cosas, a las obras de Tenesse Williams. Es como un juego poliédrico que va saltando, de hito en hito, de personaje en personaje, elaborando una intrincada tela de araña de la cotidianidad. Es el retrato descarnado de la gran ciudad, pero también el mapa que luego trazará la novela norteamericana. Porque, de alguna manera, Dos Passos está conectado con Bukowski, con Kerouac y la Beat Generation, con Faulkner y demás. 
    Es la novela de la verdad, que retira el maquillaje de la sociedad norteamericana de los prósperos veinte y que fotografía las miserias, la humanidad, el desdoro. Si hay una cosa que impresiona, para los que tengan la suerte de no haber leído aún esta novela, es la facilidad con que el narrador se mueve entre diferentes espacios, como de un poliedro cuyas caras, múltiples y fluidas, van surgiendo en el escenario: un escenario móvil donde las vidas se suceden, sin solución de continuidad.
    Este es un buen ejemplo de novela difícil de seguir. Para el lector es complicado no perder el hilo de la cuestión, tras tanto personaje, detalle, de voz en voz. Sin embargo, siguiendo mis recomendaciones de lectura, no hay que preocuparse mucho de las conexiones elididas, sino de los instantes reconocidos. Hay que leer de seguido, sin mirar atrás, y el poso de la lectura irá recuperando, como sin querer, las vías de comunicación entre los diferentes escenarios, dando lugar a una manifestación explosiva de multitud. Una multitud que se verá retratada en el conjunto de personajes variados que, sin relación aparente, estarán trazando un camino común, único. La ciudad es el verdadero protagonista, cómo no; es un devorador gigantesco que aspira las individualidades, que difumina las esperanzas, los paisajes de la memoria. Dos Passos nos traslada al mundo del asfalto, la gasolina, las camisas sudadas, las cocinas desvencijadas, los cuartuchos, el sexo clandestino, las nubes de alcohol, la transgresión de la ley, los transbordadores que cortan la húmeda madrugada, la noche al raso...
    ¿Quién puede decir que lo ha leído todo sin haber experimentado un paseo por el Nueva York de Dos Passos? Novela imprescindible de un autor que merece una lógica y justa revisión. Su trilogía USA hace buen acopio de esta narrativa moderna suya, también. 
    Para cinéfilos de la literatura.
Un abrazo.

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