miércoles, 8 de julio de 2020

LA CAVERNA

La caverna = A caverna (Punto De Lectura) (Spanish Edition): José ...


La caverna
José Saramago


     Mientras paseaba por las calles de Vélez Rubio, joya del norte de Almería donde residió, una vez, José de Espronceda, descubrí una desordenada librería de pueblo, como son las librerías de pueblo: un poco de todo, un poco de nada, pero donde siempre encuentras lo que buscas. Esto fue la semana pasada. Allí me compré algunos ejemplares, que casi parecían de segunda mano por su color amarillento: señal de que habían permanecido en los estantes durante años, sin que nadie se apiadara de ellos. De los tres, decidí comenzar a leer este, de Saramago, de quien solo había leído El evangelio según Jesucristo, obra que me fascinó en su día y de la que apenas recuerdo nada.
     Por supuesto, la lectura de Saramago siempre promete ser interesante pero, en este caso, supera con creces lo que se puede esperar de una novela convencional. Tiene todo lo que tiene que tener una obra creativa: interés, conocimiento del medio humano, intención de preguntar y reflexionar, divertimento, todo. No puedo expresar sintéticamente lo bien que me lo he pasado leyendo esta novela que, después de todo, nos pone ante la disyuntiva que el hombre, constantemente, ha de salvar: ¿cuál es el límite del mundo conocido y el mundo por venir? ¿Dónde quedan los principios que habíamos grabado a fuego y que el tiempo supera, uno a uno, hasta dejarlos en la ceniza? 
     El hombre y su volatilidad. Es un tema universal pero muy bien traído en el marco de la invasión constante que el mundo capitalista hace en la cotidianidad del sujeto, que se ve abocado a ser un náufrago en un mar cambiante y grueso. La técnica que usa Saramago en esta obra (prescindiendo de la separación de los fragmentos dialogados, integrándolos en el texto del narrador y alargando el episodio hasta que deja de fluir y comienza el capítulo nuevo, como una nueva escena que, en un largo plano-secuencia, se abandonará en su propio discurrir) hace que la lectura, mágicamente, se vaya sucediendo de una manera continua y que el receptor aprehenda la esencia de los personajes y de ese reducido mundo que, como si estuviera a la luz de la hoguera en una noche de tormenta, se muestra íntimo, secreto.
     Los personajes de esta novela son tremendamente humanos, hasta el punto de que su sencillez, su ordinaria vitalidad, captan la atención y el sentimiento de quien los está conociendo. Son capaces de transmitir su visión del mundo, que no pasa sino por la supervivencia material y sentimental de quien se ve arrastrado a dejar atrás todo aquello en lo que creía. La adaptación como forma de culturalidad, como concepto devorador que lo lleva todo a la evanescencia. De ahí que los protagonistas, en cierto modo, son robinsones que han de pechar con la naturaleza de las cosas y que encuentran en el amor (de un perro, de una hija, de un yerno, de una esposa, de un padre, de un amor tardío) la gran tabla de salvación de las penurias y el impulso definitivo de las soluciones.
     La vida sin ambages, como una premonición de lo que seremos algún día (si no lo somos ya). Saramago demuestra maestría en la sencillez, complejidad en lo cotidiano, inteligencia y cercanía. Da la sensación, leyendo La caverna, de que una abuela estuviese contándote el cuento de su familia, de su niñez, de otros tiempos que, aun siendo peores, hicieron lo mejor de nosotros mismos. Tal vez, sea un buen ejemplo para que los jóvenes valoren lo que otros construyeron, y de lo que hoy nos hemos beneficiado los demás, y, también, para reconocer que la inteligencia y la capacidad están, también, en las actividades más rudimentarias, puesto que el hombre da lo mejor de sí frente al entorno. En un mundo de nuevas tecnologías y de aparatos electrónicos, de lenguajes robotizados y de máquinas que invaden los viejos oficios, es bueno no olvidar que las manos de un hombre, dirigidas por un cerebro despierto, siempre serán el mejor instrumento jamás fabricado. Una novela de reconciliación y felicidad, sencilla felicidad.
Un abrazo. 

1 comentario:

  1. Interesante. Esta la voy a tomar de tu buffet.
    En una entrevista en el mundo Saramago la relacionaba con el mito de la caverna de Platón. Dijo que "La caverna" estaba escrita para que la gente saliera de la caverna.
    Gracias por la recomendación. Un saludo.

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