EL JUEGO DE LOS ABALORIOS

EL JUEGO DE LOS ABALORIOS

Hermann Hesse

     Muchos lectores habituales, avezados o no, encontrarán raro que introduzca a este autor entre los Grandes desafíos que os propongo. Porque, sin duda, Hesse es un autor archiconocido por obras como Sidharta, Demián o El lobo estepario. No me atrevo, aún, a recomendar esta última porque me parece una obra de gran intensidad literaria y filosófica, ideal para que salgáis corriendo algunos. Y este no es el objetivo.

     Pero El juego de los abalorios, sin perder esa intensidad, proporciona unos instrumentos más cercanos y fáciles de manejar. Esta es una obra a la que tengo especial aprecio, porque está relacionada con una persona muy importante en mi vida, que fue la que me la regaló, descubriéndome un aspecto de Hesse que aglutinaba todo lo que había leído de él hasta entonces: Bajo las ruedas, Narciso y Goldmundo, los cuentos, etc.

     Además, se adentra, elegantemente, en el brillante mundo de la inteligencia, el mundo de la filosofía, de la creación, de la civilización, el mundo de Dios, el de los hombres que se acercan al absoluto, etc.

Todo en Hesse nos recuerda que el hombre está en contacto con algo superior, que está en él pero que destila conocimiento de un misterio insondable. Y esta novela construye una utopía sobre las relaciones humanas y sobre el pensamiento. Es abrupta y bella, al mismo tiempo, y ha de ser leída como el descubrimiento de un lugar no hollado hasta entonces.

     Cuando un lector descubre a Hesse, que fue lector de referencia de toda una generación y caballo de batalla para generaciones posteriores, descubre una prosa tranquila, reposada, asentada en el tiempo, que se va deslizando sobre personajes que dominan la acción y que, por otra parte, viven en un mundo inmenso, tan infinito como, aparentemente, reducido. Ese equilibrio de las formas y de la mente se da en sus personajes y en las alegorías que, detalladamente, nos describe, como paisajes de mundos que los hombres han dispuesto siempre, pero que han ignorado en el transcurso de su devenir. 

     Es como leer a Günter Grass, pero con menos dificultades y con un mayor nivel de comprensión. Por eso, me parece que, si no has leído nunca a Hesse....¡ya estás tardando! Y si lo has leído pero no conoces esta obra...¡enhorabuena! Tendrás la oportunidad de sorprenderte.

     Solo una recomendación más: no te preocupes por avanzar en la lectura. El mundo creado en esta novela tiene muchos recovecos: no pases por encima de ellos de puntillas, es una novela donde los detalles deben saborearse, porque, como digo en ocasiones, 'en el camino está el verdadero destino'. No pienses en el futuro de lo que llegará, y disfruta con lo que este alemán maravilloso ofrece.

Un abrazo.