martes, 19 de octubre de 2021

VIRGINIA WOOLF. VIDA DE UNA ESCRITORA.

 


Virginia Woolf.
Vida de una escritora.
Lyndall Gordon


    Durante los días de permiso que estamos finalizando, me he dedicado a terminar este libro, que yo mismo le regalé a María (ella es filóloga inglesa y, por tanto, conocedora de esta escritora) con la intención, no secreta, de leerlo algún día. Lo terminé, por fin, anteayer (si no recuerdo mal) y me quedé con la grata sensación de no haber leído únicamente una biografía. Lo digo porque, tal vez para el lector medio, este tipo de obras son más llamativas por la cercanía del conocimiento de los pequeños detalles vitales del autor. La mitomanía es como la grasa de los alimentos industriales: crea una adicción fácil. Sin embargo, Lyndall Gordon hace una serie de apreciaciones muy interesantes. 
    Algunas de sus indicaciones ponen en relación episodios de la vida de Virginia con pasajes de sus novelas y escritos, orientándonos sobre ciertos aspectos que pueden pasar desapercibidos, o que directamente desconocemos. Está claro, por ejemplo, el papel que un "cierto" feminismo tiene en su concepción comunicativa y creativa, pero Gordon matiza el tipo de mujer que era Woolf, sobre todo para que no confundamos los clichés del feminismo actual con la visión de la defensa de la mujer en su época. 
    El contexto internacional, la guerra mundial, la educación victoriana, etc., son claves para situar el pensamiento de Virginia, así como el surgimiento de los modernismos y sus diferentes vertientes creadoras y artísticas. Para esta autora, preocupada del papel de la mujer en el mundo, pero también de su voz como intelectual, las clases sociales aparecían, en ocasiones, como ridículos chistes crueles de sí mismas. En cierto modo, se asemeja al inconformismo de Wilde, solo que su ironía ácida está más en su ámbito personal que literario.
    La búsqueda constante de un modelo de novela diferente, autónomo, de voz propia más allá de la tradición histórica, es uno de los puntos fuertes de esta autora. Así, Gordon la acerca a la contemporaneidad desde la desmitificación de su enfermedad, de los abusos del cine con su figura, de los desmanes de la historiografía sensacionalista o de la propia incomprensión de sus compatriotas, que la redescubrieron más tarde y la explotaron como se merece: un filón de voz original, una fuente de intensidad y lucidez.
    Es una biografía que no se centra en los asuntos personales aislados, como hemos dicho, sino que trata de integrar su figura literaria y el resultado de su trabajo y reflexiones, lo que la hace aún más interesante. Sin duda, una excelente manera de entrar en el universo virginiano, ya sea como un lector avezado, que reabre los caminos ya abiertos para verlos con ojos más amplios, o como descubridor de su obra, que es un pilar imprescindible que enlaza con Joyce, con Proust y tantos otros.
    Muy recomendable.
Un abrazo. 

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