sábado, 25 de marzo de 2023

DESPUÉS DEL BANQUETE

 


Después del banquete
Yukio Mishima

    Leer a Mishima es como volver a casa. En este caso, con más razón, porque en el universo de las relaciones humanas que el escritor japonés construye, esta novela supone un punto y aparte, en mi opinión. Y no es porque contenga elementos muy distintos de los que jalonan su producción literaria, sino porque el papel del hombre y de la mujer, más allá de los estereotipos sexuales, aparecen vinculados a deseos y razones que no se enmascaran.
    La política es un elemento decisivo en la pareja que protagoniza esta historia, puesto que supone la llegada, el culmen, y el punto de inflexión. Políticos como Naguchi que, zarandeados por los que manejan el oficio, se olvidan de que, ante todo, son individuos con una historia personal, con una dependencia emocional, con sueños cotidianos por cumplir. Lo que Mishima parece querer decirnos, al final, es que, entre otras cosas, la política devora a las personas para hacer flotar al personaje. Esta realidad, incontestable cuando se trata del mundo occidental, despierta curiosidad en el lector al conectarla con la tradición social japonesa. No extraña, sin embargo, que Kazu, la mujer, dirija y active sus pasos hacia la consecución de los objetivos de su nuevo marido, como si ella fuese responsable, de algún modo, de la campaña electoral.
    Es curiosa esta visión de Mishima sobre la mujer del político. Una visión que entronca con las historias reales de otras "primeras damas" de personajes conocidos. Nos recuerda, de todos modos, que bregar al lado de tipos como este puede ser el principio de una serie de desgracias personales. El matrimonio, percibido como un modelo por encima de todo, acaba respondiendo a las necesidades del mismo, que no son personales sino sociales. Esto conlleva la anulación de la persona, en sí, y la reafirmación del individuo como un papel, un rol despersonalizado.
    Por supuesto, el fracaso de esta unión, y del negocio que fue su origen, no es una tragedia literaria destacable. Lo que Mishima convierte en una verdadera tragedia es la negación del amor que dos personas sienten, impulsada al vacío por elementos externos que no deberían, sobre el papel, influir tan decisivamente en sentimientos privados.
    Una vez más, este gran autor, del que me siento deudor como lector agradecido, da otra vuelta de tuerca al lienzo de lo que llamamos amor, como un resorte inacabable de la vida misma.
Un abrazo.

martes, 14 de marzo de 2023

LA MUJER SIN NOMBRE

 



La mujer sin nombre
Vanessa Monfort


        Lamentablemente, tengo que incluir este volumen en la categoría de "Desastres" de mi blog. Y no porque la autora me parezca más mediática que sustancial, que también, sino porque el tema a tratar: la vida de María de la O Lejárraga, es un tema muy interesante y una excelente elección para una novela de ficción. Por eso, me lamento de que el resultado final no corresponda a mis expectativas creadas. Esta es la segunda novela que me recomendó mi hermana Esmeralda y que he leído (cosa rara) hasta el final. Seguramente, porque la trama me llamaba la atención y porque tenía el pálpito de que me iba a divertir con su lectura.

    Tengo que reconocer que, de una forma u otra, este volumen, que es extenso de por sí, contiene elementos más que suficientes para que la obra pueda ser recomendada. De hecho, ayuda, en buena medida, a que esta autora sea conocida y, por ende, a que el "engaño" de su anonimato salga a la luz. Esta historia real, la de una autora de enorme talento escondida en el nombre de su marido, el conocidísimo Gregorio Martínez Sierra, es una historia de machismo muy clásica pero, a la vez, muy llamativa. Sobre todo si tenemos en cuenta que la verdadera escritora pasó sin pena ni gloria para el gran público y que su marido, egregio nombre en los libros de historia de la literatura española, no escribió apenas nada destacable. 

    De esta manera, hay elementos que sirven para que las nuevas generaciones se aproximen a la lectura de esta novela, con la cual la historia les será más fácil de digerir y más divertida de interpretar. No obstante, Vanessa Monfort se ha quedado en la superficie del cuadro. Apenas ha pintado nada interesante que no viniese en una investigación del "caso". Apenas ha razonado la problemática que podría surgir de esta situación anómala. Se trata de una adaptación, casi hecho por hecho, de una cronología estudiada y conocida, bien informada, pero fría y distante. Si tuviésemos los informes objetivos de los acontecimientos que se narran, punto por punto, alguien con una cierta habilidad literaria podría haber escrito algo similar. Y eso es lo que no perdono a la autora: que no haya sido capaz de transmitir lo que este caso promete. 

    También es verdad que resulta muy difícil traspasar los hechos mismos, que son muy llamativos y atrayentes, para crear una obra de arte. Pero ese es el papel que se le exige a un escritor, sobre todo si trata este tipo de temas desde el punto de vista de la ficción. Creo, sinceramente, que esta novela es un ejercicio fallido y, a pesar de ello, lo recomendaría para aquellas generaciones que se están acercando al mundo de la literatura y, en consecuencia, quieren descubrir el verdadero papel de las mujeres en la historia, escondidas por mor de prejuicios, falsas moralidades y miedos atávicos a lo diferente.

    En este sentido, la novela merece la pena. Pero quien quiera algo más intenso, este no es el lugar.

Un abrazo.

MIENTRAS AGONIZO

  Mientras agonizo William Faulkner          Cada vez que encuentro una obra de Faulkner en cualquier tienda de segunda mano, mercadillo, o...