domingo, 30 de junio de 2024

MIENTRAS AGONIZO

 



Mientras agonizo - Faulkner, William - 978-84-339-7320-7 - Editorial  Anagrama

Mientras agonizo
William Faulkner
    
    Cada vez que encuentro una obra de Faulkner en cualquier tienda de segunda mano, mercadillo, o me la dan entre un puñado de libros viejos que nadie tiene el valor de tirar a la basura, por decoro, la cojo con cariño y la hojeo con avidez. Tal vez porque, en su momento, quedé gratamente impresionado por El ruido y la furia o Luz de agosto. Incluso, en estos días, estoy terminando Gambito de caballo que, por supuesto, también me está pareciendo interesante. Y es que el mundo de Faulkner, que a veces es cinematográfico y, otras, realmente rural, hasta los extremos, es el mundo de lo que hemos dado en llamar la "América profunda", que podemos leer en Steinbeck o en Gore Vidal, aunque desde los extremos de la urbanidad. 
    Todos esos libros de Löwry, de Kerouac, Ginsberg o Miller nos ofrecen una visión muy particular del universo norteamericano, que a mí me fascina particularmente. Y, en el caso de Faulkner, hay algo del tremendismo (salvando mucho las distancias) de Cela en Mazurca para dos muertos o de Onetti, en El astillero. Porque, como este último, Faulkner construye su propia Santa María, cuyo nombre no me atrevo a reproducir aquí por su dificultad, en la que los hombres giran en torno a la muerte, el deseo, la tierra y el azar, como un destino inviolable.
    Hay mucho de tragedia griega en Faulkner, pero imbuida de una pausa, de una lentitud inusitada, como si el mundo girase de todos modos, le pese a quien le pese, centrifugando todo lo que lleva en su interior.
    Si bien la técnica narrativa de este libro no corresponde a la modernidad de The sound and the fury, es evidente que su manejo de la palabra es el magisterio de toda una generación. Faulkner es a la literatura lo que Tchaikovsky a la música: un referente imprescindible que flota alrededor de los Joyce, Kafka, Proust, Cervantes, etc., sin desmerecer a ninguno de ellos. De hecho, mucho de lo ganado en los narradores del siglo XX y XI le pertenece. No digo más.
Un abrazo.

lunes, 29 de abril de 2024

HERMOSOS Y MALDITOS

 

Hermosos y malditos. | Sinopsis del libro | | 

 

Hermosos y malditos
F. S. Fitzgerald

    Algunos escritores ponen su foco en segmentos de la sociedad que, de una manera u otra, permanecen alejados de la opinión pública, al menos en el sentido que normaliza a cualquier grupo humano más allá del estereotipo. La desmitificación de la clase media española, la burguesía de la Gloriosa, por parte de Benito Pérez Galdós, tras un tiempo de adhesión ideológica, es una muestra muy evidente.

    Fitzgerald es un autor refinado, como lo son los personajes que retrata. Aunque, en cierta manera, como decimos, los impregna de una vulgaridad humanizadora. Esto lo consigue a base de ir dejando caer los sentimientos, las relaciones, de amanerar los principios o de restañar las dudas. A través de su prisma obtenemos un conjunto muy revelador de contradicciones, de expresiones de adversidad, desenmascarando las realidades de un mundo de apariencias y tensiones.

    No se escapa la literatura de este gran autor, hoy no tan popular desgraciadamente, de ese cinismo humorístico que rodea a todo artista auténtico. Su lenguaje, su estilo y su meditada calma reposan sobre la acidez innata que encontramos en otros autores contemporáneos norteamericanos, muy celebrados por todos.

    Por todo ello, resulta gratificante, estimulante y divertido, a la vez, leer a Fitzgerald y esta novela, más allá de Tender is the night o The Great Gatsby, consigue atraparnos en los amores de Anthony y Gloria, que son como el molde necesario sobre el que giran las emociones de sus seres creados. A lo largo de su novelística, el amor es el centro y eje de todas las desgracias y sinsabores de la clase acomodada norteamericana de principios de siglo. Un retrato descarnado aunque, a la vez, elegante, de toda una época.

Imprescindible. Un abrazo.

 

MIENTRAS AGONIZO

  Mientras agonizo William Faulkner          Cada vez que encuentro una obra de Faulkner en cualquier tienda de segunda mano, mercadillo, o...